Unos 1.500 internos de los centros penitenciarios Murcia I y II se han beneficiado del Programa Matrix de desintoxicación de sustancias desde que la Consejería de Salud, a través de la Dirección General de Salud Pública y Adicciones, e Instituciones Penitenciarias lo pusieron en marcha en 2014.
Este modelo es una experiencia terapéutica pionera a nivel mundial en la que el centro penitenciario de Murcia se ha convertido en el primero de estas características en aplicar el programa.
La Consejería de Salud prevé invertir 20.000 euros este año en el desarrollo de este programa de desintoxicación adaptado a las personas que se encuentran cumpliendo condena en los dos centros ubicados en la Región.
Se trata de un modelo de tratamiento ambulatorio intensivo de la dependencia al alcohol, cánnabis y cocaína que incluye formación de especialistas y apoyo a los familiares de los afectados.
Una de las novedades es el modo de intervenir con los internos, ya que son los profesionales del centro los propios terapeutas formados para impartir y pilotar su implantación dado su conocimiento de los internos y la relación con ellos. La terapia se hace con el apoyo de asociaciones como la Fundación Amas, la Peña Barcelonista de Totana y la oenegé Colectivo Paréntesis, que realizan diferentes talleres orientados.
El Programa Matrix Penitenciario se trata de una experiencia intensiva de 16 semanas, seguida de sesiones mensuales hasta completar el año de tratamiento. Está basado en las tendencias psicológicas de tratamiento en adicciones actuales y se estructura en sesiones individuales y conjuntas y sesiones grupales de recuperación temprana y de prevención de recaída, así como un grupo de educación familiar y otro de apoyo social. En esta fase, el apoyo a la familia de los internos con problemas de adicciones es otro de los pilares del programa.
Un aspecto central en el tratamiento es el seguimiento semanal a largo plazo después de realizarse el tratamiento intensivo de 16 semanas. De esta manera, se sigue con una intervención semanal de duración mínima de cuatro meses, con la recomendación de continuar semanalmente un tratamiento a largo plazo de 36 semanas.
Otro elemento del programa es la anticipación a posibles problemas y ayudar a desarrollar estrategias eficaces para afrontarlos. Asimismo, los usuarios aprenden a realizar el análisis funcional de su conducta de consumo como parte de la terapia.
El año pasado se beneficiaron de este programa 250 internos y sus familias.
