Existe la necesidad de poner en marcha medidas urgentes, pero también de planificar
La Ley Integral del Mar Menor debe incluir medidas para todos los sectores implicados en su eutrofización
Desde el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de la Región de Murcia (COIARM) queremos mostrar nuestra preocupación por la situación medioambiental que sufre el Mar Menor y los problemas que de dicho estado se derivan. También alertamos sobre la situación del sector agrario, al cual estamos vinculados, que atraviesa una crisis sin precedentes causada por una pertinaz sequía y la falta de recursos hídricos y alternativos, lo que hace peligrar su futuro.
"Desde el COIARM queremos expresar nuestro malestar por no haber recibido consultas acerca de las medidas que se están tramitando en el parlamento regional para paliar la degradación que sufre la laguna del Mar Menor. Tampoco entendemos que nuestro colectivo profesional no haya sido incluido en ninguna de las comisiones técnicas que estudian la situación", lamenta el decano del COIARM, Andrés Martínez, quien ha recalcado "la más absoluta disponibilidad de nuestro colectivo para todas las administraciones y agentes sociales con el objetivo de abordar las soluciones técnicas al problema".
Los ingenieros agrónomos consideramos injusto y reduccionista culpar de la situación al modelo de explotación agrícola de la zona, arbitrando solo medidas para el sector agrario que provocarán pérdidas millonarias, además del consiguiente impacto en el empleo. Existen otros factores que también contribuyen a la contaminación del Mar Menor que no se abordan por ningún lado.
Basta con hacer un pequeño ejercicio de memoria: observando el paisaje, comprobaremos que no solo ha cambiado el paisaje agrícola. También lo han hecho los paisajes urbanos y costeros, que han modificado el ecosistema considerablemente: se han desarrollado importantes infraestructuras hidráulicas, energéticas, sanitarias, de saneamiento, playas o puertos, que han conformado un nuevo escenario. Sin duda, todas ellas adecuadas y necesarias en su momento para el fin que perseguían, pero quizás no todas en sintonía con el conjunto del ecosistema Campo de Cartagena-Mar Menor.
Necesidad de medidas urgentes, pero también de planificación
Las "posibles" soluciones que recoge la ley y las enmiendas al borrador que han sido aprobadas con posterioridad se centran solo en el aspecto superficial y no tienen en cuenta el factor subterráneo, de contaminación del acuífero Cuaternario, que puede llegar a transferir hasta 68 hm3 hacia el Mar Menor, algo que incide en gran medida en el estado de las aguas de la laguna.
A nuestro juicio, medidas como la creación de barreras vegetales y los labrados en contra de pendiente son innecesarias, puesto que el Campo de Cartagena tiene una inclinación inferior al 2%, y estas medidas son más propias de otras zonas con niveles de escorrentía y de erosión de suelo con pendientes superiores al 15%.
Estamos ante un problema eminentemente técnico que es necesario abordar desde ese prisma. La planificación, tanto de las imprescindibles medidas urgentes como las de medio y largo plazo, debe responder al planteamiento de soluciones contrastadas técnica y científicamente y que, además, sean fácilmente controlables y medibles. Estas son las premisas que se deben observar y no planteamientos de acciones concretas y en ocasiones inconexas.
Elaboración de una ley integral del Mar Menor
Tampoco debemos olvidar que el ecosistema que forma el Mar Menor, como todos los que hay en este planeta, está sujeto a fenómenos relacionados con el cambio climático y que escapan de lo local.
Por tanto, no se puede pretender atajar un problema global desde el punto de vista local y además, de manera parcial. Hay que abandonar los enfrentamientos a corto plazo y empezar desde ya mismo a trabajar en la elaboración de una Ley Integral del Mar Menor. Una ley que no solo tenga en cuenta los intereses económicos de todos los sectores implicados frente a un problema que nos llevará años resolver.
